Por qué son importantes las métricas de interacción con el producto
Les contaré una breve historia. Hace unos años, trabajaba con una startup que tenía cifras que parecían espectaculares. Con orgullo anunciaban un millón de usuarios y millones de impresiones semanales. Pero al investigar más a fondo, me di cuenta de algo crucial: ninguno de estos usuarios se quedaba. Las funciones estaban sin usar, las experiencias de producto se abandonaban a medias y, a pesar de todo ese «»crecimiento»», nada crecía realmente.
Ese momento fue una llamada de atención no solo para ellos, sino también para mí. Aprendí (una vez más) que no todas las métricas son iguales. La verdadera pregunta es: ¿realmente interactúan los usuarios con tu producto de maneras que reflejen valor, satisfacción y retención?
Ahí es donde entran en juego las métricas de interacción con el producto. Disimulan la información irrelevante y te dicen lo que realmente importa. En esta publicación, te guiaré por las categorías esenciales de las métricas de interacción con el producto (desde la actividad hasta la adopción, desde la satisfacción hasta la conversión) y te mostraré cómo estructurar un sistema de medición que no solo registre, sino que impulse la acción. También veremos cómo alinear la etapa de tu producto con el conjunto adecuado de métricas y cómo convertir estos conocimientos en verdaderos impulsores de crecimiento.
Porque, al fin y al cabo, las métricas solo son útiles si te ayudan a tomar mejores decisiones. Y las mejores decisiones surgen de medir lo que realmente importa.
Comprendiendo la esencia de las métricas de interacción con el producto
Aclaremos nuestras definiciones. Las métricas de interacción con el producto no se refieren solo a la frecuencia con la que los usuarios visitan el producto. Se refieren a la profundidad y el significado con que interactúan con él. ¿Están logrando los objetivos que buscaban? ¿Están creando hábitos en torno a tus funciones clave? ¿Regresan no por obligación, sino porque obtienen un valor real?
A diferencia de las métricas de actividad que rastrean acciones superficiales (como abrir una aplicación o acceder a una página), las métricas de interacción profundizan en los comportamientos que indican valor real: ¿Completan los usuarios tareas importantes? ¿Regresan? ¿Exploran más tu producto con el tiempo?
Una métrica compuesta que ayuda a resumir esto es la Puntuación de Interacción con el Producto (PES). Esta suele combinar adopción, retención y fidelidad. La PES ofrece una visión general del estado general del producto. Pero la PES por sí sola no es suficiente. Es un punto de partida. Piensa en la PES como la «»puntuación de salud»» de tu producto. Si solo registras la PES sin comprender qué hay detrás, estás actuando a ciegas. En algunos casos, un producto puede mostrar una PES alta pero ocultar pérdidas en un segmento o función principal. Siempre vale la pena profundizar.
Recuerda: las métricas son herramientas, no objetivos. En el momento en que empezamos a optimizar por números en lugar de por comportamientos, corremos el riesgo de perder el rumbo. Seguimiento de la actividad y retención de usuarios
Empieza con los clásicos: Usuarios activos diarios/semanales/mensuales (Usuarios activos diarios, semanales y mensuales). Estos son fundamentales. Indican si la gente está apareciendo. Pero no indican si les importa. Pueden aumentar con una campaña de marketing y desaparecer una semana después. Por eso el contexto es importante.
Aquí es donde la fidelidad (ratio UAD/UAD) es crucial. Si tienes 100.000 UAD pero solo 5.000 UAD, tu fidelización es del 5 %. Esto significa que la mayoría de los usuarios no vuelven a diario. Dependiendo de la categoría de tu producto, esto podría ser previsible o indicar desinterés. Para las herramientas B2B que se utilizan solo durante las fases de planificación, la fidelización semanal podría ser una mejor métrica.
Siguiente: Tasa de retención de clientes. La retención es la que revela la verdad más cruda. No se puede fingir. Si tu producto no ofrece valor continuo, la gente se va. Y a menudo no te dicen por qué.
La tasa de abandono es su reflejo. Debes monitorizar no solo cuándo se van los usuarios, sino también qué usuarios lo hacen. ¿Se concentra la pérdida en una cohorte? ¿En una región? ¿En un flujo de incorporación? Esa es la clave.
Cuando creé Hypertry, las métricas de retención eran nuestro mapa. La mayoría de los primeros experimentos no se centraban en campañas llamativas ni estrategias de adquisición. Se centraban en reducir la fricción en los primeros 7 días. Porque es entonces cuando los usuarios deciden si se quedan.
Además: monitoriza la retención de la cohorte, no solo la agregada. Observa a los usuarios que se registraron en enero: ¿qué porcentaje sigue activo en marzo? Esto te ayuda a identificar las mejoras y detectar la degradación con el tiempo.
Profundizando en el uso y la adopción de funciones
Profundicemos. Además de iniciar sesión, ¿qué hacen los usuarios en el producto?
La Tasa de Adopción de Funciones indica si los usuarios están probando una función. Por ejemplo, podrías lanzar una nueva herramienta basada en IA dentro de tu producto. Si el 20% de los usuarios la prueba durante la primera semana, es prometedor. Si es el 2%, algo falla: posicionamiento, integración o incluso conocimiento.
La Tasa de Retención de Funciones es aún más reveladora. ¿Regresan los usuarios a esa función? Que la usen una sola vez no significa que sea valiosa. Todos hemos hecho clic en algo una vez y nunca lo hemos vuelto a usar. El uso a largo plazo muestra el valor incorporado.
La Profundidad de Uso de Funciones se refiere a la amplitud con la que los usuarios exploran. ¿Utilizan todas las funcionalidades o solo una opción? Esto es especialmente importante en SaaS, donde un uso más profundo suele correlacionarse con una mayor retención y un mayor potencial de actualización.
En Cloudinary, al rastrear a los usuarios que interactuaron con al menos 3 subfunciones, descubrimos una probabilidad un 60 % mayor de actualizar. Este simple análisis transformó nuestro proceso de incorporación: animamos a los usuarios a explorar más desde el principio.
Estos datos te permiten priorizar con datos, no con suposiciones. Quizás una función que creías ideal para un MVP sea solo ruido. Quizás una función olvidada sea, en realidad, un factor clave en tu hábito.
Evaluación de la satisfacción y los comentarios del usuario
Los números te dicen qué, pero los usuarios te dicen por qué.
El Net Promoter Score (NPS) mide la lealtad. Es simple: «»¿Nos recomendarías a un amigo?»». Las puntuaciones superiores a 50 son poco frecuentes y maravillosas. ¿Pero un NPS bajo? Es una señal de alerta, incluso si tus métricas de uso son correctas. A menudo significa que algo más profundo falla: experiencia de usuario, confianza, percepción de precios.
El Índice de Satisfacción del Cliente (CSAT) se basa en las microinteracciones. Después de una charla de soporte o del uso de una función, preguntas: «»¿Qué tan satisfecho quedaste?»». Esto proporciona retroalimentación en tiempo real y ayuda a detectar la frustración a tiempo.
Pero no te quedes solo con las puntuaciones. La retroalimentación abierta es la clave. Trabajé con una empresa donde el NPS era decente, pero los usuarios seguían calificando la interfaz de «»torpe»» en los comentarios. Nos pusimos manos a la obra, rediseñamos la integración y el NPS subió 20 puntos en dos trimestres.
Combina lo cuantitativo y lo cualitativo. Usa herramientas como Typeform o encuestas dentro de la aplicación. Crea ciclos de retroalimentación. Demuestra a los usuarios que estás escuchando. Cierra el ciclo contándoles qué cambió. Eso genera confianza.
Medición de la conversión y el flujo del recorrido del producto
Ahora sigamos el recorrido del usuario.
La tasa de conversión es tu indicador de acciones. Mide cuántos usuarios completan un objetivo. Pero ¿qué conversión estamos monitorizando? ¿Registro? ¿Primera acción clave? ¿Pago? Cada una tiene una importancia diferente según la etapa de tu producto.
La tasa de finalización del embudo ayuda a identificar los puntos de fricción. Divide tu embudo de incorporación o actualización en pasos. Si el 80 % abandona en el paso 2, investiga. Quizás el texto sea confuso. Quizás solicite demasiada información.
La duración promedio de la sesión muestra la capacidad de atención. Más larga no siempre es mejor. En una herramienta diseñada para ahorrar tiempo, las sesiones más cortas con tareas completadas pueden ser ideales. Pero en un producto de contenido, las sesiones más largas indican fidelización.
En Hypertry, incorporamos microobjetivos en nuestro embudo de ventas: no solo «»registrado»», sino también «»perfil completado»», «»primera prueba guardada»» y «»compartido con un miembro del equipo»». El seguimiento de estos nos mostró dónde falló nuestro proceso y cómo solucionarlo.
También prueba el análisis de rutas. ¿Qué rutas toman los usuarios con alta retención? ¿Qué rutas se correlacionan con la pérdida de clientes? Pequeños cambios, como reordenar los pasos, pueden mejorar drásticamente el flujo.
Creando una Estrategia de Interacción con el Producto
Las métricas necesitan significado. Así es como se lo das.
Elige métricas que se ajusten a la madurez de tu producto. Si aún no has encontrado el ajuste producto-mercado, olvídate del NPS y empieza por la retención. Si estás escalando, céntrate en la profundidad de las funciones, las rutas de venta adicional y los ingresos por expansión.
Crea tableros que impulsen las decisiones. Un tablero sobrecargado es peor que nada. Define tu Métrica Estrella del Norte. Luego, elige de 3 a 5 métricas de apoyo que la influyan directamente. Listo. Mantenlo simple.
En un proyecto de consultoría, vi a un equipo informar semanalmente sobre más de 40 métricas. Nadie leía el informe. Cuando lo redujimos a 5, la gente empezó a tomar decisiones de nuevo.
Establece objetivos ambiciosos, pero que no se rompan. Usa los puntos de referencia del sector con cautela, pero siempre compárate contigo mismo. Lo importante es mejorar con el tiempo.
Crea responsabilidad: ¿quién es responsable de cada métrica? ¿Qué harán si baja? Si la respuesta es «»nada»», la métrica no debería estar en tu tablero.
Crea rituales en torno a las métricas: revisiones semanales, sincronizaciones mensuales de la estrategia, retrospectivas trimestrales. Ese ritmo convierte los datos pasivos en información activa.
Convierte las métricas en impulso
Resumamos. Las métricas de interacción no son solo números para reportar. Son una forma de escuchar a tus usuarios a gran escala. Te ayudan a superar las métricas vanidosas y a acercarte a las señales reales: señales que te indican qué funciona, qué falla y en qué vale la pena invertir más.
Desde DAU/MAU hasta NPS, desde la retención de funciones hasta la finalización del embudo, cada métrica es una pieza clave. Juntas, forman una historia. Y las historias conducen a la acción.
Así que deja de reportar solo impresiones y tráfico. Crea un panel que refleje el valor real. Mide lo que importa. Empieza por la retención. Profundiza en las funciones. Combina las cifras con las opiniones de los usuarios.
Porque cuando sabes qué hacen tus usuarios y cómo se sienten al respecto, tienes superpoderes.
Si te sientes abrumado o no sabes por dónde empezar, he pasado por eso. Y ayudo a las empresas a construir estos sistemas constantemente. Tanto si eres un fundador en sus primeras etapas como si tienes un equipo consolidado que busca claridad, no dudes en contactarme. Y si busca un socio que alinee el crecimiento con los resultados, no solo con los resultados, ROI-Driven Growth es el equipo de consultoría en el que confío. Porque el crecimiento solo importa si genera valor. Y el valor solo importa si los usuarios lo experimentan.
Eso es lo que las métricas de interacción con el producto le ayudan a lograr. Le ayudan a crear productos que la gente no solo usa. Le ayudan a crear productos que la gente ama.